Esperando [sin dueña]

Aburrimiento. Era lo primero que sentía a los pocos minutos de despertar, más que el estar allí encerrada en aquella claustrofóbica jaula a la que debía llamar habitación, era la pésima vida rutinaria.

Se acicaló en el pequeño baño que había, peinándose su larga melena y volviendo esperezándose y bostezando. Se asomó por los barrotes observando a las demás nekos que supuso andarían tan aburridas como ella. Paró atención con sus orejillas peludas al notar pasos que se acercaban. Uno de los encargados iba repartiendo el desayuno, que de vez en cuando, abundaba más en alimentos... según el humor del que estuviera. Por una vez, al llegar a su jaula, le pidió con palabras y no con golpes, que se alejara para entreabrir la jaula y pasarle su pequeña bandeja.

- ¿¿??

Parpadeó algo sorprendida, pero retrocedió unos pasos quedando en un rincón y observó atenta como la jaula se abría en un ensordecedor chirrido y la bandeja era dejada en el suelo.

-Parece que va bien el negocio…

Dijo en un leve murmuro cuando el encargado se alejó tras cerrar nuevamente.

Con la bandeja entre sus manos se alejó a una esquinita, quedando de lado porque la molestaban los curiosos que se quedaban observándola. Escuchando de lejos los cuchicheos y tras terminarse su desayuno, les dirigió una fría mirada de soslayo para que se les fueran quitando las ganas de comprarla. Era bastante irónico… detestaba estar allí encerrada, pero la idea de la libertad a cambio de ser la sirviente de alguien aún le gustaba menos.

Normalmente la gente buscaba nekos dóciles, lindas y fáciles de manejar, por lo que raras veces se interesaban en ella… aunque los encargados ya tenían sus métodos –poco ortodoxos- para amansarla aunque fuera por breve tiempo.

Se quedó mirando a las demás nekos, sentada en el suelo apoyada contra la pared y moviendo un poco la colita, viendo como algunas de estas sí tenían la “suerte” de ser acogidas. Pensamientos contradictorios. Miraba con cierta envidia las que salían de sus jaulas…

Vio pasar muchas chicas delante suya, algunas se paraban a mirarla y sonreírle como quien daba ánimos, pero nada más. Luego se alejaban. Las siguió con la mirada esperando que alguna de ellas volteara en cualquier momento, pero su atención se dirigió a otra chica al notar como la observaba.

Se acercó todo lo posible a la jaula para verla bien, y al ver cómo caía no pudo evitar que se le esbozara una leve tierna sonrisa. Su colita se movió en un vaivén cuando la chica siguió caminando en dirección hacia la kitty.

Su colita siguió moviéndose graciosamente, atenta a cada gesto y movimiento. Le gustaba su aspecto, se la veía tierna y dulce.

-Hola –dijo sonriendo

Miró aquella mano y durante unos segundos hizo un ademán de querer posar la suya sobre ella. Alzó la suya quedando algo dudosa, pensando que aquel tipo de contacto un era bueno si luego las cosas no salían bien… pero finalmente la dejó rozando a la mano de la chica que estaba agarrada en el hierro.

-¿Estás bien?...

Acarició levemente la mano.

-¿Te dañaste?

Parpadeó lindamente al escuchar su nombre. Normalmente las chicas no le decían cómo se llamaba, por lo que le hizo pensar que podía estar realmente interesada en ella. Una leve sonrisa se dibujó en sus labios.

-Me llamo Hana Yu… Tsubaki-sama

La tenían bien educada en el ámbito de cómo tratar a los demás, siempre con “san” o “sama” tras el nombre para indicar respeto, según como vieras a la otra persona.

-no tenes k usar las formalidades...
-me podes llamar Tsubaki solamente
añade sonriendo tiernamente mirando a los ojos a la pequeña gatica... mientras colocaba su mano junto a la de ella atravez de la jaula
-mucho gusto en conocerte hana ^^

-Tsubaki ^^

Le iba a costar desacostumbrarse de las formalidades, pero al fin y al cabo debía hacer lo que su (quizá) dueña le dijera.

-Para mi también es un placer... aquí dentro no tengo oportunidad de conocer a... alguien...

Desvío momentaneamente la mirada hacia el suelo, tragando saliva, para luego volverla hacia Tsubaki, mirándola con firmeza.

-¿Podré... irme contigo?

Al decirlo un leve sonrojo apareció en sus mejillas. Se le hacía tan raro hacer esa pregunta...

Abrió más los ojos en sorpresa y, si no fuera por los hierros, ya se habría lanzado sobre ella por simple impulso, sin pensárselo.

-En ese caso, soy tuya.

Esa frase, aunque al principio pudiera sonar un poco "malsonante" y con contenido adulto, en realidad lo decía con la mejor de sus intenciones.

El vendedor, que siempre afinaba el oído cuando creía haber algo interesante y una posible venta, merodeó por los alrededores esperando a que la chica se decidiera.

sonrie mirando a la pequeña...
-este sera tu ultimo dia aqui ^^
-esperame un momento
dice para luego voltearse y dirigirse hacia el encargado de la tienda de nekitas, explicandole la situacion y decirle que se queria llevar a aquella gatica llamada hana señalando hacia la jaula de esta y este acepto gustosamente diciendole el precio de aquella pequeña

Esperó impacientemente, moviendo la cola algo nerviosa y sin quitar la mirada a aquel vendedor que TANTO detestaba… pero que en cuanto la sacara de allí le tendría internamente un minimo agradecimiento. MENTIRA. Solo sentía gran gratitud hacia Tsubaki.

Cuando el hombre se acercó y abrió la jaula con las llaves, se mantuvo unos segundos allí sentado mirando a Tsubaki. Se levantó costosamente, pues hacía algunos días que no la dejaban salir de la jaula, y al estar incorporada caminó hacia ella y finalmente la abrazó por la cintura apoyándose en su pecho.

-Gracias…

Se separa dándose cuenta de lo que acababa de hacer y sonrojándose un poco. Ladea la cabeza mirando hacia otro lugar en cuenta de aquella reacción, pero cuando escuchó lo de la ropa volvió a mirarla todavía algo colorada y asintiendo.

-Me encantaría... -dijo volviéndose a acercar.

Que le dijeran que estaba sonrojada provocó que éste fuera en aumento. No estaba acostumbrada a los cumplidos por lo que la hacían sentir algo incómoda y avergonzada.

-H-hai...

Agarró con ambas manos la de Tsubaki, sin quererla soltar y salir cuanto antes de aquella tienda.