Otra noche más(priv)

Por fin había terminado de ordenar todas las cosas de la mudanza. ¡Se le había hecho eterno!¿De dónde coño habían salido tantas cosas? Miró la hora y se dió cuenta que había perdido casi toda la tarde con eso.

-Tsk... joder...- refunfuñó, molesta.

Harta de su propia casa, decidió pasear un rato por ahí. No tenía en mente ir a ningún lugar...simplemente caminaba.

Su vista se fijaba en cada rincón de las calles y en la gente que las transitaba. Se fijaba en sus ropas, expresiones,etc. Le gustaba imaginarse qué clase de vida llevarían. ¿Por qué? Quizás se sabía la suya demasiado de memoria...

Cuando salió del trance aquél en el que su imaginación la sumergía; se dió cuenta de que estaba por una zona de la ciudad que no había visto antes.

-¿?- mira a su alrededor,extrañada.

Se percató de que había un Pub abierto al otro lado de la calle. Lo observó en silencio durante unos segundos antes de decidir acercarse.

"Bueno... me tomo algo y regreso. Total... no tengo más planes"

Traspasó sus puertas y echó un vistazo antes de sentarse a la barra y pedir su bebida.

-Otra noche más... a tu salud, Etna- se dijo para sí misma antes de dar el primer trago.

Absorta. Así es como estaba Alexis en ese preciso instante. Absorta, con la mirada perdida en el interior del vaso de vodka. Ni siquiera parecía estarlo mirando, y más de uno habría pensado que simplemente se había quedado congelada en esa posición. Sin embargo, tras unos segundos suspiró y se llevó los dedos al puente de la nariz para masajeárselo.

Ella había vuelto a entrar en su cabeza para no salir. Y se pasaría así toda la noche, lo veía venir.

-... Etna.

Tan ausente se encontraba que solo llegó a escuchar la última palabra de la frase que la chica de al lado dijo. Con la barbilla apoyada en la mano, viró la mirada para observar de reojo a la desconocida... y se quedó clavada en su sitio.

El mismo cabello rubio. La misma pequeña figura. Incluso la voz tenía un tinte familiar.

Alexis miró a la chica como si acabase de ver un fantasma.

-¿Natalie...? -susurró.

Sin embargo, en cuanto la miró de frente Alexis sintió como el impacto se disolvía lentamente. No era ella.

Mientras bebía escuchó que alguien le hablaba: se trataba de una chica que tenía al lado.

Al parecer dijo un nombre... natalie o algo así.

...- dejó el vaso sobre la barra y la miró-...no. te has equivocado- tras observarla un par de segundos más volvió a pegar un trago.

Le había parecido que la desconocida hacia una mueca extraña; como sorprendida por algo...

"¿que tengo monos en la cara o qué?..." pensó incómoda pero finalmente lo ignoró y siguió a su rollo.

Alexis torció una mueca. Ahora que se había dado cuenta del error el atisbo de esperanza que había sentido se había vuelto algo amargo y desagradable. Volvió a mirar al frente con el ceño fruncido y no pudo evitar usar un tono algo irónico al hablar.

-Ya me he dado cuenta.

Claro... ¿qué esperaba? Los muertos no pueden volver de la tumba. Llevó la mano al vaso como si fuera a tomar un trago, pero al final lo dejó y soltó un leve suspiro de resignación. De algún modo parecía entre amargada y abatida.

-¿Tu nombre? -dijo con cierta pasividad. Sabía que si estaba callada los recuerdos de lo inevitable volverían, así que los acallaría pensando en cualquier otra cosa. Como en la chica que tenía al lado, por ejemplo.

Paseó la vista por la decoración del nocturno establecimiento, aburrida.

Entonces escuchó un suspiro a su lado y que le preguntaba por su nombre.
Tardó varios segundos en contestar mientras meditaba si realmente tenía ganas de mantener una conversación o se sentía antisocial como la mayoría de las veces. Finalmente recordó su piso y la tirria que le había cogido... asi que prefirió conversar.

-Etna- respondió casi con pereza-¿tú?

-Alexis -contestó sin mas la joven.

Dio un trago a su bebida, y nada más hacerlo sintió como la cabeza le daba vueltas. Tampoco es que llevase ya mucho alcohol encima (¿o sí...?), pero es que ese breve lapso de tiempo en que le había parecido ver la imagen de Natalie le había causado un aturdimiento que aún seguía. Tenue, pero seguía.

Lanzó una ojeada de reojo a la llamada Etna y no pudo evitar sentir un estremecimiento en el cuerpo ante la visión. La única diferencia era el rostro. Por el resto (el cabello rubio, la complexión, la ropa...) era clavada a su Natalie.

-Te pareces a ella -dijo sin pensar. Y al instante se arrepintió de eso. ¿A quién le importaba su puta vida?

Así que se llamaba Alexis...

Se había terminado lo que quedaba en el vaso y pidió más de lo mismo a la camarera. Estaba viendo alejarse a la chica en busca de su pedido cuando escuchó aquella frase que la dejó extrañada.

-¿?- la vuelve a mirar-¿a quién?...¿a Natalie que has dicho antes?...

Hubo una pausa y apartó la mirada. ¿Para qué preguntaba?Si ni la conocía de nada... como imaginó que no respondería se limitó a esperar la segunda consumición.

Alexis miró brevemente a Etna y luego volvió a dirigir la vista al frente. Ya se había metido en la boca del lobo al hablar, así que... ¿por que no terminar de cavar su propia tumba?

-Seh -contestó con un patente y falso desinterés-. Mi hermana.

¿Hermana? No pudo evitar una risa irónica e interior ante sus propias palabras. ¿De verdad sólo había sido una hermana para ella? Siendo la puta depravada que era, ¿de verdad sólo una hermana...? ¿A quién coño quería engañar?

Dio otro trago al vodka, el amargo sabor del alcohol actuó como un fulminante de cualquier posible nuevo pinchazo en el pecho.

-Am...

La nueva bebida fue colocada enfrente suyo y murmuró un desinteresado "gracias".

Se quedó observando el hielo que flotaba en el líquido en silencio. Realmente no sabía cómo continuar la charla... nunca se le había dado bien hablar con la mayoría de gente.Normalmente les sacaba de quicio y no los veía más.

...- bebe-y... el que me parezca...¿es bueno o malo?- se atrevió a decir sin mirarla.

-Malo -respondió sin dudar. Sin embargo, su mirada seguía tan inexpresiva como siempre, quizás con ese punto de amargura tan innato-. Muy malo -matizó.

Detuvo los dedos entorno al vaso sin llegar a alzarlo, tamborileando sobre la superficie de cristal. Finalmente decidió explicarse.

-No era más que una vulgar puta. La odié hasta el último instante de su jodida vida.

Y pese a que las palabras habían sonado fieras, sus ojos con un punto de tristeza la contradecían dando a ver que era un sentimiento bastante diferente el que le había inspirado su hermana en vida, e incluso después de muerta.

En su rostro se mostró una sonrisa fría y rota... sacó con lentitud uno de los cubitos y lo observó a contraluz, analizando las caprichosas formas que se dibujaban en el hielo.


- ... sí que es malo,sí...aunque tus ojos no dicen lo mismo...- pronunció cautelosamente y bajando el tono a medida que la frase avanzaba.

El fugaz pensamiento de que quizás debería irse para que con su presencia no hiciese pensar a Alexis esas cosas surcó por su mente... pero no le terminó de convencer: ya lo estaba recordando..así que daba igual estar que no estar.

Alexis le dirigió una rápida mirada amenazante. Ya estaba a punto de soltar algo hiriente, algo que le asegurara que la conversación cambiara a otros rumbos menos peligrosos, pero cambió de opinión en el último momento. Quizás era el efecto del alcohol, que la amansaba y hacía que todo le diera más igual, pero lo cierto es que decidió dejar pasar el comentario... al menos de momento.

-Lo era -repitió, como dictaminando una sentencia-. Mis ojos pueden decir lo que les de la gana. Lo que cuentan son las palabras.

Porque, si de miradas se trataba, había habido más de una contradicción en su vida.

...- se limitó a encogerse de hombros-ok, lo que tu digas- se llevó el hielo a la boca y lo saboreó.

Tampoco quería hablar de algo que no conocía, así que se limitó a guardar algo de silencio.Miró de reojo a Alexis y luego al resto de clientes que había por allí... vaya, no parecía encajar del todo allí... bah.

Alexis suspiró interiormente, resignada, y dejó el vaso de licor de lado. La cabeza empezaba a darle vueltas y no quería terminar ebria tan pronto. Básicamente, porque sabía qué actitud tomaba cuando se emborrachaba y había una chica cerca (y si era parecida a Natalie, ya no digamos).

-¿Qué hay de ti? -preguntó sin mucho interés-. No pareces estar ahogando penas -dirigió una breve mirada a la bebida de la chica y luego a ella, inexpresiva.

Esperó a que el cubito se derritiese en su boca antes de contestar.

-ché... básicamente estoy por aburrimiento.- respondió con desinterés -Mi casa se me hace agobiante... y eso que apenas estoy en ella.- tomó otro trago- Bueno...no solo la casa... la ciudad en general: demasiada gente para mi gusto.

Dió un suspiró,exasperada, y jugueteó con uno de sus mechones de pelo,distraída.

-Aunque supongo que te parecerá una gilipollez- dijo entre maliciosa e irónica.

Alexis soltó una breve risa de ironía. Tal y como pensaba. La chica podía parecerse mucho físicamente a Natalie, pero no tenía ni una pizca de su carácter débil. Parecía hecha a su medida: con el físico de Natalie y una personalidad más fuerte. No estaba mal.

-En absoluto -contestó con contudencia, y a la vez su mirada se tornó más fija al frente, como si estuviera diciendo una verdad inexorable-. Esta ciudad es una mierda. La gente, el sitio, todo; no hay nada que se salve.

Y lo culminó con un último trago de su vodka, ahora sí, dejando el vaso vacío a un lado de la mesa. Sin mirar a Etna, propuso:

-Salgamos de aquí. Este sitio me pone enferma.

Alexis propuso salir fuera...

Etna no era muy de salir por ahí con gente... aunque lo que realmente le agobiaba era el exceso de personas; y aquí solamente se trataba de una.
Hum... bueno... ¿qué más dá? nadie la esperaba y mañana tenía el día libre.
Apuró lo que le quedaba en el vaso y pagó.

-Si no hay nada que se salve...¿ a dónde tienes pensado ir que no sea una mierda?- preguntó algo divertida y alzando una ceja.

Alexis también pagó su trago y se abrochó de nuevo la chaqueta, contestando mientras empezaba a caminar hacia la salida.

-No tengo pensado nada -respondió simplemente, hundiendo las manos en los bolsillos-. Pero la calle es de lo menos mierda que hay -ciertamente le apetecía otro de sus solitarios paseos por la calle... la diferencia es que esa vez no sería muy solitario.

Resopló. La diferencia de temperatura del local a fuera era notable e hizo que su suspiro se convirtiera en una momentaria nube de vaho. Mantuvo la mirada perdida y apática durante varios minutos, simplemente andando sin pensar en nada. Nunca le había molestado el silencio, por tanto no fue un rato incómodo. Luego finalmente decidió hablar, sólo para añadir algo diferente al silencio.

-¿A qué te dedicas?

Habían salido fuera y el bofetón del frío les dió de frente.

A pesar de llevar buena ropa de abrigo, Etna se frotó los brazos para transmitirse calor.
Alexis comenzó a caminar sin decir nada... así que la siguió por inercia.
Paseó sus claros ojos por los rincones que las rodeaban, costumbre que ya tenía desde niña.

"¿A qué te dedicas?" esas fueron las palabras que rompieron la calma que reinaba.

- Estudio en la Universidad... y aparte me dedico a la música.- explicó en un momento.

Pausa.

- Ahora busco locales dónde me dejen actuar-añadió finalmente.

Podría hablarle de la gran estirpe de músicos que hay en su familia y bla ,bla... pero no le apetecia soltar tantas cosas de repente. No le gustaba hablar demasiado... y menos con gente a la que acababa de conocer.

...

-...¿tú?- la miró de soslayo.

Alexis se encogió brevemente de hombros a modo de respuesta. ¿A qué se dedicaba ella?

-A nada en concreto.

(¿...a violar jovencitas en callejones cuando le apetecía, a atracar gasolineras por las noches, a chantajear peces gordos del mundo del mercado negro?).

Resopló, incomodada por sus propios pensamientos.

-Estoy en el paro -matizó tras unos segundos. Esas cuatro palabras, sin duda, adornaban de un modo casi idílico la realidad. Mujer joven desocupada que mata las noches de pena en un bar. Qué conmovedor.

-Oh, vaya...- fué la única respuesta que dió. Más que nada porque no se le ocuría ninguna otra.

Se percató del vaho que acompañó a sus palabras y se encogió un poco.

-Joder, que frío...tsk -masculló para sí misma en voz baja. Aunque luego sonrió fugazmente al recordar que odiaba el sol y la torratera del verano.

...

Se percató de que seguían por esa zona de la ciudad desconocida para ella.

-...¿sueles venir mucho por aquí?

Era una pregunta algo estúpida, lo sabía; pues ya se imaginaba la respuesta. Pero la hizo por continuar la marcha de aquella noche tan rara.