Ángeles de Nieve [libre]

Tiempo había pasado desde que había adquirido su 'nueva' libertad. El mercado donde antes la vendían había tenido problemas y antes de poder conseguir una dueña, éste había quebrado y había sido hechada a la calle, pues no podían manenerla.

Aunque aquello no la había deprimido en lo absoluto, al contrario, tomó la poca ropa con la que contaba, y hechando su mochila al hombro se dispuso a recorrer las calles y conocer ese nuevo mundo que se abría ante sus ojos.

Y así había llegado hasta aquellas montañas, donde el frio y la diversión de aquellos que disfrutaban de los deportes extremos, reinaba.
Sacó una chamarra desgastada color rojo oscuro de su mochila y se abrigó bien para continuar su camino con una sonrisa.
Sin embargo, en lugar de caminar hacia donde se reunía la gente para poder subir la montaña y esquiar, fué a un lugar mas apartado, subiendo un rato hasta dar con una planicie aparentemente abandonada, donde se encontraban algunos azadores y cabañas humedecidas y enmohecidas, que eguramente fueron muy bonitas y acogedoras en otro momento.

-no está tan mal... al menos podré pasar la noche bajo techo- dijo animada y caminó hacia éstas.
Se adentró en la primera y miró alrededor, había una cama algo deshecha pero podía servirle, dejó sus cosas a un lado y giró el colchón deshecho hasta acomodarlo lo mejor posible.

-ya está...- murmuró y sonrió saliendo a la puerta de la cabaña mirando alrededor.
-que lindo lugar, seguro me divertiré...- bajó el par de escalones de la entrada y corrió a una parte donde había más nieve junta y se dejó caer de espaldas a ésta soltando una risita.

Enseguida comenzó a mover los brazos de arriba a abajo y las piernas del centro hacia afuera. Cuando se hubo levantado miró su obra y se rió aplaudiendo suavemente.
-siempre quise hacer un ángel de nieve... oh!- entonces notó las orejitas del angel y volvió a reir
-es bonito...- se estremeció un poco por el frio abrazándose a sí misma pero continuó en aquel lugar mirando su obra.

Estaba tan ocupada observando su ángel que no se había percatado de la presencia de aquella chica, sino hasta que habló.
Dió un pequeño brinco y se alejó un par de pasos sonrojándose.

-ah... etto.. gracias.. je...- rió un poco y miró su ángel -es la primera vez que hago uno...-

Alzó la mirada nuevamente hacia la chica, el primer contacto directo con una persona fuera de la tienda y los laboratorios, y además... que no llevaba orejas!!!
Al darse cuenta de ese detalle, sonrió emocionada pero njo se movió de su lugar.

-me llamo Ariah!!- dijo emocionada de hacer una nueva amistad

-ah... y no creo que sea bueno que antes por aqui... está muy solo sabes?- dijo recordando que la zona estaba un poco descuidada y sola para una chica, aunque a ella misma no le importaba demasiado.

Su sonrisa se ensanchó al escuchar el nombre de la chica -el gusto es mio!- se sonrojó ligeramente -Karen...- repitió el nombre de la chica como quien prueba por primera vez un dulce.

-entiendo...- rió un poco pensando en lo que eran las cosas. Aquella chica ansiaba alejarse de las personas y todas esas emociones en aquel lugar, prefiriendo un lugar solo y abandonado, y en cambio ella misma estaba ahí porque no tenía de otra, se había encontrado aquel resguardo ya que no tenía dinero para un hotel, y si la encontraba alguien, era probable que tuviera problemas, al no tener dueña.

-bueno... yo...- la siguió con la mirada hasta contemplarla momenttáneamente recargada en aquel árbol. Caminó unos pasos hacia los pequeños escalones de madera de la entrada de la cabaña y se senttó en el segundo, mirándo nuevamente a aquella chica.
-yo no me estoy quedando en el hotel...- dijo en voz baja, aunque regresando a su sonrisa suave y curiosa. -esta noche me quedaré aquí... y ya veré que decido mañana...- se limió a decir sin dar demasiada información de si misma, pues no sabía que tan seguro podía ser hablar con aquella chica.