Nuevamente tras un aparador...

"Hace cuanto que volví?" Pensaba abrazada a un enorme peluche. Bianca estaba sentada a mitad del escaparate donde la habían puesto para la venta después de su devolución, había regresado hacía una semana, pero fue puesta en venta hoy. "No deberían venderme...si mi ama me abandonó es porque no sirvo" Estrechó a aquel peluche dando un triste suspiro.

En la tienda habían decidido no colocarla de imnediato a la venta al ver en el estado en que había llegado, toda sucia, hambrienta y con ojeras debido al estres sufrido al verse sola en un lugar desconocido. Le dieron una semana, si no se recuperaba para entonces tomarían medidas un poco más drásticas, pero para suerte de ambas partes la neko se recuperó aunque su alegre actitud se había esfumado para dar paso a una triste sonrisa y mirada temerosa.

-Nadie me va a comprar....me quedaré aquí para siempre.- Dijo con voz bajita mientras hundía el rostro en la cabeza del enorme peluche que casi la cubría por completo.

La pelirroja llegó a esa tienda algo desconfiada con la tarjeta de crédito de sus padres en la mano.
Nunca le había gustado el tema de las kitties,aunque tampoco se había interesado demasiado,pero sus padres le dijeron que si quería vivir sola debía de comprarse una para que la ayudara en la casa.
Además de que ni si quiera sabía en qué consistían,Tan sólo se había imaginado algún tipo de robot en forma de neko......pero si no accedía a ello no podía irse.

*Bueno,mejor una Kitty que dos padres maniáticos...* pensó con un suspiro de forma resignada mientras entraba e la tienda empujando la puerta levemente.Una vez dentro se percató de que no había nadie allí para atenderla,pero al girar la mirada hacia el escaparate,y a través del cristal del interior de la tienda vio a una linda chica con orejas de neko y con un peluche.
SIn decir nada se acercó con curiosidad para verla mejor.

-....¿Qué haces ahí?-le preguntó apoyando una mano en el cristal,ya que le era una cosa muy extraña ver a una chica puesta en el escaparate de una tienda.....o era eso a lo que llamaban una "kitty"?

Había permanecido abrazada al enorme peluche un largo rato, tanto que comenzó a sentir como el aire que respiraba através del peluche se hacía vicioso y caliente, pero no le importaba, quería quedarse ahí. No quería que la gente la mirara sin querer comprarla por inútil.

....¿Qué haces ahí?

Una voz le hizo alzar sus orejas y lentamente levantó la mirada para observar algo incrédula a la chica que le miraba. "Que, qué hago?..." Pensó ladeándo la cabeza con curiosidad.

-Eto...soy una Maiden en venta...- Le dijo con una suave voz mientras le sonreía con una amable tristeza.- Porqué lo pregunta? Acaso no sabe lo que se expone en estos bellos escaparates?

Le preguntó con una sana curiosidad mirándola a los ojos, mientras su cola se movía lánguidamente de un lado a otro.

- ¿Tú eres una Kitty...? -se dijo por lo bajo al contemplar lo mona que era aquella niña.
No,no eran unos meros robots como se había imaginado,eran niñas de verdad,sólo que tenían unas monas orejitas gatunas.
Viéndola en aquel escaparate una gran sensación de culpabilidad y compasión se apoderó de ella mientras alejaba la mano del cristal.
¿Cómo podían tenerla allí de esa forma....?

-Vaya,ya veo que se ha fijado en el nuevo producto.-dijo con una forzada sonrisa la dependienta,que apareció detrás de Aria sobresaltándola bastante y haciendo que ésta se volviera hacia ella.-Además de esta kitty tenemos unas cuantas más también de muy buen aspecto...si quiere puedo ir al almacén donde están y enseñarle otras diferentes,¿le interesa?.

Aria seguía shockeada....Vendían a niñas como meros objetos.

Sin pensarselo se volvió de nuevo hacia el escaparate haciendo caso omiso de la dependienta y mirando fijamente a la Neko.

- Oye chica.....¿Q-Quieres venirte conmigo?-le preguntó intentando sonar lo más dulce posible,sin desviar la mirada de los ojos de la chica.

- Así es...soy una Kitty...- Dijo sonriéndo divertida.- Acaso no conocía el produnto de Neko Maiden?.- La miraba sonriéndo, pero su sonrisa cambió al notar la expresión de compación que vió en sus ojos y por la aparición de la dependienta.

Era una mujer alta y esbelta, su rostro era alargado y sus ojos eran fríos y despiadados como la de un ave. La neko ocultó el rostro nuevamente en la cabeza del peluche para evitar que vieran su expresión de desagrado, no quería que la dependiénta la regañara, aunque poco le importaba, pero quería evitar enfrentarse a las dependientas....nunca había ganado. Se quedó ahí quieta tratando de escuchar las palabras a travez del cristal, pero una frase le hizo levantar la cabeza y mirarla incrédula.

Oye chica.....¿Q-Quieres venirte conmigo?

- Está segura?...no soy un artículo nuevo...ya me devolvieron.- Le decía mirándola con una triste sonrisa.- Además no creo sea buena idea comrar algo sólo porque le da pena...la compación no es buena consejera.- Comentó sin perder la sonrisa.