Tras la huida,llega la paz.(Gabrielle)

Mientras la chica bajaba de la moto, Gabrielle bajó un pie a tierra para estabilizar la máquina, más no dió signos de bajarse de esta. Miró a Karen tars el visor reflectánte del casco sin decir una palabra. Cuando esta dijo que habían llegado a las Termas la doctora se dignó a mirar a su alrededor, la brisa fresca de montaña, la reconfortánte sombra de los árboles y, loq eu más amaba....el silencio.

En un lento movimiento apagó el motor ronroneánte de su motocicléta dejándo que el silencio se instalara en el ambiente antes de quitarse el casco mostrándo un rostro bello como serio.

-Supongo que este lugar es lo suficientemente tranquilo para no te molesten demaciado...- Comentó bajándo del vehículo con un elegante movimiento de piernas.

Dió un par de pasos respirándo hondo antes de volverse a la famosa cantante mirándola con la misma seriedad de antes.

- Una visita a las termas no estaba en mis planes.....pero ya que estoy aquí...- Comentó al aire comenzándo a caminar hacia la entrada.

Se veía que la doctora era un amujer fuerte, inteligente, toda una persona de mundo, pero..... lo "sociable" no era su fuerte"

Al notar que la chica la seguía al interior de las termas sonrió casi imperceptiblemente mientras eran recividas por la dependienta del lugar, casi de inmediato Gabrielle pagó la entrada de ambas al recinto reciviéndo el pequeño recipiente con los aceites aromáticos, jabones y toallas correspondientes. La doctora tomó ambos set´s dándole uno a Karen.

- Tomaremos las termas privadas....no quiero interrupción alguna, entendido?- Exigió con un tono de voz que no daba lugar a réplicas ni dudas. La pobre dependienta sólo pudo asentir con un silencioso movimiento de cabeza mientras Gabrielle se encaminaba hacia los vestidores con paso elegánte e imponente.

Una vez dentro tomó asiento dándo un suspiro cansino aguardándo a que la chica entrara también. Cuando Karen entró se encontró con la mirada directa y seria de Gabrielle.

- Ambas necesitamos algo de paz....- Le dijo sin rodeos.- Se te nota un alto nivel de estrés debido a tus conciertos o lo que sea que hayas hecho en estas semanas...

Y era cierto, la forma en que reaccionó ante los fans fue de molestia, de haber estado descansada y sin presiones no habría reaccionado como un animalito enboscado. Por que ¿Si eres parte de la farándula deben de gustarte los fans, no?

- Así que...si quieres hablar lo haremos una vez en el agua...

Dijo nuevamente utilizándo un tono severo como si siempre estuviera enfadada por algo.

La seria doctora permaneció un momento inmóvil con el casco descansando en su regazo como un extraño gato. Sólo cuando Karen se sentó en la banca y comenzó a desvestirse ella comenzó a quitarse la chaqueta de cuero dándole la espalda en un "Caballerezco" gesto para darle intimidad a la dama.

Tras movimientos lentos y gráciles se fue despojándo de sus ropas. La chaqueta de cuero, los pantalones, las botas y las medias dejándolas pulcramente dobladas y ordenadas por tamaño a su lado. Finalmente quedó en ropa interior y en camiseta de tirántes de color negro. Se envolvió con la toalla para quitarse las últimas prendas las cuales dobló de la misma forma y las dejó encima del conjunto que formaba sus atuendos los cuales parecían recién salidos de la tienda por la cuidadosa forma en la que las había doblado.

Cuando se puso de pie dejó en evidencia una vez más su altura, pero ahora se veía claramente su esbelta figura, sus piernas largas y bien definidas moldeadas por la fuerza requerida al mantener el balánce de una moto del calibre que manejaba, sus brazos también tenían músculos bien definidos que le daban un aspecto poderoso, pero al mismo tiempo delicado. Todo el conjunto de brazos y piernas quedaban en armonía con un torso largo y una estrecha cintura con unas caderas bien contorneadas...A pesar de su ruda apariencia poseía un cuerpo delicado y fuerte que reflejaba su carácter femenino.

Caminó con paso silencioso, moviéndose con suavidad como una enorme pantera que pasea entre las sombras de la jungla, hermosa, esbelta y peligrosa. Se acercó a la puerta que dividía los vestidores con la piscina termal que había pedido abriéndola y dejándo que el vapor del agua caliente inundara la habitación, pero no entró, se quedó en la puerta a la espera a que su invitada entrara primero.

Entró en silencio tras Karen y mientras la chica metía la mano al agua para probar la temperatura del agua, la doctora simplemente entró al agua lentamente sentándose en uan esquina y reposándo sus brazos en el borde de la piscina.

- Entra de una vez o te vas a enfermar- Le aconsejó usándo, sin querer, su tono de doctor.- Sólo disfruta y descansa....

Ya estaba más tranquila y eso se notaba en el tono sereno de su voz que, aun siendo aterciopelado y algo grave, se notaba más relajada y abierta a alguna conversación. El calor de las aguas termales habían teñido sus mejilals de un tono rosa que le daba un curioso aspecto de una jóven seria y gentil, muy diferente a la apariencia dura y gruñona que mostrara en la cafetería.

Cuando Karen habló la seria doctora abrió los ojos de forma lenta posándo en ella sus almendrados ojos castaños.

- Bien Karen....- Murmuró mientras estiraba sus largas piernas bajo el agua dejándo ver lo banca de su piel que parecía brillar bajo el agua.- Soy Gabrielle Napier...

Se presentó volviéndo a cerrar sus ojos de forma perezosa. Parecía no querer hablar mucho más, pero después de un corto momento en silencio volvió a abrir la boca.

- No crees que tu madre debe de estar preocupada?- Sabía que, tal vez, no era la clase de conversación que la chica deseaba, pero como Doctora siempre andaba pensándo en las responsabilidades antes que nada.- Si quieres llamarla... bueno, mi teléfono celular está en la motocicléta.- Le hizo un gesto con la mano hacia la puerta de la terma.-.... ¿Cómo permite tu madre que trabajes hasta estos extremos?...que pasa con la escuela...?

Nuevamente era la doctora la que hablaba dejándo a "Gabrielle, el ser humano" en segundo plano.

Escuchó las palabras de la chica en silencio, como si se tratara de una paciente en su consulta del hospital. Meditó por unos segundos sobre lo último que había dicho.

-Tu madre tiene razón.....- Comentó mirándola con una expresión comprensiva.-.... claro, si tuvieras 25 años... Una chica de instituto no debería someterse a tanto estres diario ya que, a largo plazo, te traerá trastornos del sueño y alimenticios, afectará tu concentración en tus estudios y terminarás persiendo todo interés por terminar el instituto.- Finalizó su analisis muy a grandes razgos, no quería abrumar a la chica con tanto detalle ni asustarla por sus futuros problemas de salud debido al estres.- Deberías hacerte asesorar por algún médico que pueda lidiar con tus horarios y que ponga en su lugar a tu madre.... ella tiene que entender que no eres de su propiedad como para disponer de tu tiempo fuera de los estudios....

Mientras hablaba su semblante se endureció por un momento y ahsta pareció en verdad molesta con la situación por la que pasaba Karen. pero al darse cuenta de esto dió un suspiro mientras sonreia levemente.

- No pretendo decirte que te revoluciones contra tu madre- Aclaró en tono de broma.- Es sólo que creo que deberías pensar más en tu salud que en la satisfacción de tu madre.... a todo esto, que edad tienes?- Preguntó con interés.

- Entonces no deberías ahberte metido en esto del estrellato si no eras capaz de llevarlo- Contestó con su seriedad t franqueza habitual.- No me refiero a resistir las arduas horas de trabajo y estudios...me refiero a saber llevar esa clase de vida y de saber poner en su lugar a los demás. Ya no eres una niña pequeña..... ¿Porqué aceptas que tu madre controle tu vida?

Interrogó mirándola fijamente con una seriedad fría e inquisitiva, no podía negar que la había decepcionado esa actitud de conformidad que había mostrado la chica al hablar y no tenía reparos en hacerlo notar.

Cerró los ojos ante la fiera defensa de la chica mientras una tenue sonrisa asomaba a sus labios. Por lo menos no era de las niñitas débiles uqe se hechaban a llorar por el más mínimo problema, esta chica tenía carácter aunque no se notara a simple vista y...eso le agradaba.

- Supongo que no debo meterme en lo que no me importa...- Comentó con una suave y afable risa.- Mis disculpas si te ofendió mi comentario, suelo ser más honesta de lo que las personas resisten.- Se disculpó sin perder esa sonrisa mientras se acomodaba en el agua bajándo hasta que el tocara la barbilla.- Soy médico de urgencias en el hospital...podría ayudarte a tener algo de tiempo de relajación....si lo deseas.

Le dijo con suavidad, en verdad quería enmendar su error ya que al parecer la chica se había enfadado en serio.

Spoiler:

- Claro que puedo..... hay algo llamado "tratamiento Anti-estres" que es simplemente mandar al paciente a centros de relajación y Spa´s con la idea de que liberen el estres acumulados- Explicaba tranquilamente cerrándo sus ojos dándo un suspiro.- Ni siquiera tu manager podrá contra la palabra de un médico reconocido...

Agregó mientras humedecía una de las pequeñas toallas que habían cerca y se la puso en la cara y reclinándo su cabeza hacia atrás quedándo apoyada en la orilla.

- Te interesa?- Preguntó alzándo la pequeña toalla y mirándola de soslayo.