Naoko llega a casa [privado]

- esta segura que no prefiere que la ayude a limpiar? - la Kitty observó todo el desastre casi entusiasmada por poner todo en orden - me encantaria ayudarla con todo esto, ademas usted no va a poder hacerlo sola, srta. - dió unos pasos hacia su dueña, algo timida, esperando a que le diera permiso para ayudarla con una amplia sonrisa.

Tutearla? Si su dueña lo pedía...
- esta bien... en cuanto terminemos de ordenar, me encantaría cocinarle... cocinarte lo que mas te guste. Me encanta cocinar - Naoko comenzó a juntar la ropa que estaba tirada por doquier para llevarla a lavar mas tarde.
-qué estilo de comida le agrada? - prenguntó levantando unas camisas de encima de una silla.

La kitty se asustó un poco ante la repentina seriedad de la mayor.¿ cómo que no era su sirvienta? Estaba bastante confundida, se suponía que ella devía servirle fielmente. Para eso vivía, para servirle a su ama. Pero ni era solo una invitada, entonces aún esperaba a su ama? Pero era ella la que la habia comprado, le pertenecía.
- le pido mil disculpas - hizo una reverencia - pero no puedo tal generosidad de tu parte, por favor, déjeme cocinar para usted. Le aseguro que le prepararé lo mas delicioso que haya comido. - aún haciendo una reverencia, Naoko contunuó - espero que perdone el atrevimiento de preguntarle su nombre.

La kitty siguió ordenando todo mientras esperaba a que su dueña terminara con la llamada telefónica, ya que no era correcto quedarsele mirando, hubiera sido irrespetuoso y tal vez le hubiera causado incomodidad a su dueña.
Mientras ordenaba unos papeles, encontró que la mayoría hablaban de las Kittys. Todos eran reportes e investigaciones, con lo cual supuso que lo mejor era acomodarlos por tema.

- esta todo en orden, señorita? - veía un poco precupada a su dueña. Ésta parrecía darle muchas libertades, asique se tomó el atrevimiento de preguntarle si se encontraba bien. - hay algo que pueda hacer por usted?- se acercó a ella, con una sonrisa al terminar de acomodar los papeles.

- muchisimas gracias, pero estoy segura de que esta perfecto justo y como está, aunque si usted lo desea, con gusto lo revisaré. - despues de una reverencia, continuó - podría indicarme otra vez cual será mi cuarto? - esperó sonriente.

Siguiendo las indicaciones de su dueña, Naoko se fue a su cuarto. Como supuso, era muy bonito, no era muy amplio ni sofisticado, pero era suyo. Volvió muy contenta a donde su dueña para seguir acomodando, cuando escuchó una interesante melodía. Era muy diferente a todo lo que habia escuchado antes.
- que música tan interesante, señorita - sonrió - tiene como un aire arábigo - comentó educadamente mientras llevaba mas ropa a lavar.

- si - respondió mientras comenzaba a lavar los platos - En mi primer hogar nos enseñaban canciones de diferentes culturas, principalmente orientales para agasajar a nuestros señores. Tambien nos enseñaban a tocar instrumentos, pero eso se lo enseñaban a las mayores... - terminó rapidamente con los platos y volvió adonde su dueña secandose las manos y sonriendola

-por supuesto, que tipo de musica le agradaría? - la kitty sonrió complacida al ver que su dueña deseaba escucharla cantar.

- veamos, dejeme pensar un segundo. - cerró los ojos intyentando contentrarse mejor para elegir una cancion y recordar la letra completa. Entonces, comenzó a cantar en japonés. Por su melodía, podía notarse que era una cancion bastante triste y melancólica.

Al terminar de cantar, la kitty quedó mirando sonriente a su dueña, a la cual parecia haberle gustado su cancion - le gustó? es una cancion muy romantica, habla de alguien a quien le rompieron el corazon, pero que aún así sigue enamorado... - suspiró. Los sentimientos de la cancion la habían invadido, aunque ella jamás habia estado enamorada, ni podía estarlo.

- muchisimas gracias - se ruborizó un poco ante el alago de su dueña - me alegro que le guste. - sonrió ampliamente. Ya no les faltaba demasiado para limpiar asi que debian decidir qué comerian. Pero entre tanto, la kitty siguió ordenando todo, esperando traquilamente a que su dueña se decidiera.