En el turno de noche...[libre]

Había sido una noche bastante tranquila casi no habían llegado urgencias serias. Sólo unas cuantas consultas por enfermedades respiratorias a causa de los cambios de tempetarura.

-Parece que será una buena noche...- Susurró abriendo su libro.

Estaba sola en la sala de doctores sentada en un cómodo sofá con los pies arriba de la mesita de centro.

-Que relajo...como me encantan estas noches.- Dijo en un suspiro mientras esbozaba una traquila sonrisa al tiempo que daba un sorbo a su humeante café.

Su tranquilidad se acabó al escuchar una tímida voz en el pasillo. Dejó su café y su libro acercándose a la puerta. Cuando salió vio a una pequeña Kitty algo asustada por la oscuridad del pasillo.

-Buenas noches...- La saludó acercándose.- Ven pequeña.- La llevó hacia una de las salas de urgencia.- Dime que te queja...

La miró notando que no apoyaba el pie y le acercó una silla para que se sentara y descanzara.

-Que te pasó en el pie bonita?.- Se agachó para quedar a su altura, aunque su semblante era serio su voz demostraba amabilidad.

-Déjame ver...- Le dijo mientras tocaba con delicadeza el tobillo de la pequeña.- M...no parece una lesión seria...

Soltó el pie con suavidad se volvió a un estante con medicinas, tomó un spray, unas vendas y un frasco, para volver junto a Hachiko.

-Esto es lo que haremos, te aplicaré este spray que es para el dolor y luego lo vendaremos.- Le explicaba mientres sacudía bien el frasco de spray.- Y esta medicina es un antinflamatorios, tomarás una pastilla cada 8 horas. ok?

Le explicaba mientras aplicaba el spray al pie y al tobillo de Hachiko.

Sonrió ante aquel comentario.

-No tienes que masticarlas.- Dijo comenzando a vendarle el pie.- Sólo trágala con mucha agua, además son recubiertas, así que no te será dificil.- Terminó de vendarle el pie y le colocó los broches.- Ya está...vienes sola?

-Bueno, pero tomas estas pastillas solamente por una semana, está bien?.- Le dijo acariciando su cabeza, entre sus orejas.- Vienes sola pequeña o te espera alguien afuera?
Le preguntaba algo inquieta, no quería pensar en que una gatita tan mona anduviera sola por las calles tan tarde

- Asi me gusta...una niña buena.- Le dijo con ternura.- Eh? Andas sola?...no tienes a nadie que venga por ti? no me gustaría que caminaras sola por estas calles oscuras...
Miró su reloj, hace dos hora que había comenzado su turno y ya casi eran las once de la noche, muy tarde para una pequeña.

-Si hay problema... no puedo dejar que te vayas sola, es muy tarde...- Le dijo seriamente.- No me haría gracias si vuelves herida porque te asaltaron en el camino a casa... Si no tienes quien venga por ti...yo puedo ir a dejarte a casa.
Se puso en pié guardando sus cosas en el estante, se volvió hacia la neko para esperar una respuesta. Pero una cosa estaba segura, no la dejaría ir sola del hospital.

Se quedó en silencio, no se esperaba esa respuesta. No podía creer que no tuviera casa, volvió sentarse.

- No tienes casa...huiste o te abandonaron?.- La pregunta era directa, lo sabía, pero no le gustaba darle muchas vueltas al asunto.

-... ... ...- Suspiró levantándose y acercándose a la puerta.- Aguarda aquí.

Fue lo único que dio antes de desaparecer en el oscuro pasillo. Se fue directo a hablar con el jefe de turno y al cabo de un largo rato volvió con una expresión un poco más tranquila.

-Hable con mi jefe de turno, puedes quedarte esta noche conmigo en la sala donde los doctores descansamos, ahí hay una cama y una cocina por si tienes hambre...- Le dijo volviéndo a arrodillarse junto a la Kitty y acariciándole la cabeza.- qué me dices?

-Y es bueno que seas desconfiada.- Le sonrió satisfecha con su respuesta.- Pero ten en cuenta algo, estas en un hospital público, estarás en una sala donde no estaremos solas, soy una doctora de renombre...además tengo mis principios, jamás lastimaría a nadie de ninguna forma...mi vida está dedicada a salvar y ayudar a las personas...- Le dijo con convicción en sus palabras.

-No te sientas obligada...sólo quiero que pases buena noche en un lugar seguro.- Se puso de pie-...piensalo si quieres...- le dijo mientras se disponía a marcharse.

-No te disculpes, ya te dije que es bueno que desconfies de la gente que no conoces.- Le dijo volviendo a acariciar su cabeza.- Ven, te llevaré a la sala de descanzo...

Avanzó por el pasillo hasta llegar a la sala donde antes había estado tomando café, el tazón aun estaba sobre la mesita de centro. La habitación era amplia, con paredes de un blanco inmaculado, había una litera junto a una pared, en el centro de la habitación estaba el mueble con la TV, frente a este la mesita de centro y unos sofás muy mullidos , una mesa y una cocina.

-Bien...aquí es donde los doctores pasamos las horas mientras no haya urgencias.- le explicó haciéndola pasar.- Ahora si quieres puedes comer algo, ver TV, darte una ducha o dormir...aquella puerta da al cuarto de baño, ahí hay todo lo que necesitas.- Explicó mientras colocaba agua a hervir.- Yo no suelo dormir en mi turno, me prepararé un café, así estarás algo más tranquila, nadie te molestará.

Una ves puesta el agua volvió a sentarse en el sofá a mirar la TV.

- Claro que puedes...- Volteó mirando que aun estaba en la puerta.- pero dudo que puedas si no entras...ven.- La tomó de la mano y la llevó al cuarto de baño.- que no te de pena..mira.- Señalé un mueble.- Dentro de ese mueble hay toallas usa las que necesites y en las gabetas hay batas del hospital, por si quieres usar de pijama, ok.

Me quedé esperando alguna respuesta de parte de la pequeña, se le notaba muy nerviosa, por lo cual Gabrielle era tan amable con ella.

-Claro, pequeña...cualquier cosas que necesites estaré viendo TV, ok?.- Rió un poco divertida al ver lo pequeña que se veía ante la enorme toalla.

Salió cerrando la puerta del cuarto de baño tras ella y se dirigió al sofá con una nueva taza de café.