En el turno de noche...[libre]

Ante el silencio reinante gabrielle había cerrado los ojos quedandose dormida, pero se sobresalto al escuchar el grito de la pequeña.

-....!!!.- Se levantó rápidamente y se dirigió hacia la cama.

La miró atentamente ante aquel segundo grito dándose cuenta de las feas heridas en la base de sus orejas. "Que demonios le hicieron...." Pensó horrorizada.

-Hachiko...- Le dijo con firmeza, pero sin llegar a gritarle.- Despierta pequeña, tienes una pesadilla....- Y le posó una mano en el hombro para mantenerla quieta.

- Dejame ver...- le dijo con seriedad tomándole las manos y apartándoselas con suavidad.- Tienes unas heridas en tus orejas, que te ocurrió?

La miraba con seriedad y preocupación. Como médico no podía dejar esas heridas sin atención.

- No me interesa que sean antiguas.....si te duelen es porque no han sido debidamente tratadas...ahora dejame verlas.- Ya su voz sonaba cada vez más firme y se notaba que no aceptaría escuza alguna.

-Si te duele, si importa.- Sentenció sando un resoplido y llevandola hacia donde llegaba más luz.

La sentó en una silla alta y comenzó a mover el cabello con sumo cuidado hasta que pudo ver las heridas.

-Pero por dios niña, quiente hizo esto?.- exclamó asombrada ante aquellas heridas.- esto necesita ser desinfectado y tratado apropiadamente...

-Pues fue una verdadera tontería.- Le dijo severamente, no solía ser amable cuando hacía tonterías de esa clase.- Tus orejas, al igual que tu cola son parte tuya, no puedes arrancarlas sólo porque no te gustan.....es como si no te gustaran tus ojos o tus manos y decidieras arrancarlos, te parece lógico eso?.- Le decía mientras revisaba las profundas laceraciones que se veían en la base de las orejas gatunas.

Al ver que pequeña rompía a llorar la rodeó con sus brazos atrayéndola hacia si en un suave abrazo.

-Tranquila pequeña, no tienes porque disculparte por las idioteces ajenas.- le dijo refiriéndose a la persona a quien no le habían gustado las orejas de Hachiko.- Tus orejitas son hermosas, no debiste tratar de quitarlas, ni permitir que nadie lo intentara. Eres linda así, siendo kitty y no debes cambiar y menos de una forma tan drástica.

Le hablaba en tono suave nuevamente, no quería verla llorar. Nunca le había agradado el trato de algunos desalmados contra unas criaturas tan encantadoras como lo eran las kittys y le daban ganas de romperle la cara a quien fuera capaz de dañarlas.

-No muevas tus orejas...tendré que hacerte una limpieza a las heridas, ok?.- Le dijo mientras se iba aun mueble y volvía con gasas, yodo y guantes quirurgicos.- Esto que haré te va a doler, pero quiero que seas fuerte y aguantes todo lo posible, está bien?

Le dio un pequeño beso en la frente y colocándose los guantes tomó un poco de alcohol, lo humedeció con agua destilada y comenzó a limpiar las heridas para sacar todo residuo de piel muerta y partículas de polvo.

-En este caso así es...sólo aguanta, ya casi termino.- le dijo ya casi terminando de limpiar las heridas.- Ahora si, necesito que te quedes quieta, voya aplicar el yodo, esto evitará que se te infecte, pero te va a arder...

Y con sumo cuidado comenzó a aplicar el yodo haciento tocaciones con un algodón empapado en Yodo.

-Ya casi termino, pequeña.- Le decía mientras soplaba las heridas para aliviar el ardor

Terminó lo más rápido posible y cubrió las heridas con un fino vendaje.

-Ya está...has sido muy valiente, te felicito.- Le dijo sonriéndole y besándole en la mejilla.- Has resistido bien el dolor.

-De nada pequeña, pero debemos repetir esta curación todos los días.- Le dijo mirandola mientras se volvía a sentar en el sillón.- pero cada vez las heridas irán mejor y te dolera menos.

-A ver....- Dijo en un suspiro mientras se rascaba la nuca con una mano y la otra la posaba en su cintura.- Has seguido algún tratamiento para esas heridas?

Le preguntó mirándola con una media sonrisa.

-Eso no es suficiente...debes desinfectarlas así como lo hicimos recién.- Se sentó junto a la pequeña.- Si lo hacemos todos los días verás como se curan del todo.

Le sonrió volviéndo a acariciar las orejita de la kitty.

-Quedarán marcas, pero ya no te dolerán más.- le sonrió.- o prefieres que te duelan por siempre?

Le vio abrazar el peluche, ya no sabía que más hacer para que la pequeña entendiera lo que era bueno para su salud.