¿Dijiste fiesta? [Libre ~]

Eran las 11 pm y no tenia sueño, cosa rara en mí. Hicé de todo por tratar de quedarme dormida: ; leí, ví una película, jugue con Usagi, arregle el departamento e incluso volví a bañarme y colocarme una fresca pijama. Pero nada funcionaba, tal vez esta noche mi reloj biológico estaba mal y decidió dejarme despierta toda la noche.

- Demonios, mañana tengo que trabajar - dije, mientras me peinaba el cabello en frente del espejo.

Me disponía a intentar volver a dormir cuando ví el estereo y me dieron ansias por oír un poco de música, por lo que fuí a la cocina por un poco de fruta antes de encender el aparato con mis canciones favoritas. Era patético oir música, comiendo fresas; a esas horas de la nocher pero al menos había una posibilidad de quedarme dormida. Subí las piernas al mueble mientras tatareaba al son del cantante, sin percatarme de que había vecinos durmiendo a mi lado.

Salí de mi ensoñación al oir unos toquecitos en la puerta, me levanté bajandome la pijama y fui a mirar quién era. Afuera, había una pequeña maiden somnolienta, reclámandome que la había despertado.

Sonreí en señal de disculpa.

- Lo siento mucho, pero es algo así como mi terapia de relajación - le dije, mirandola de arriba a abajo - Ahora que lo pienso, tu debes saber como hacer relajar a tu ama, ¿verdad? ¿Te molestaría si te pido que me ayudes a dormir?
Me agaché para mirarla a los ojos.

- Te pagaré.

Sonreí ante los gestos de la maiden.

- De seguro debes saber cómo hacerlo, no seas tímida por favor - le dije, abriendole camino hacia mi departamento - Si no es ninguna molestia, pasa. Es tarde, así que si deseas puedes quedarte a dormir. Tengo helado de chocolate - finalicé, al saber que era una pequeña tan solo de seguro debería gustarle el helado, ¿no?

- Eres timida, ¿no? - dije, cerrándo la puerta tras de mí - Bueno, supongo que puedes ingeniartelas o algo así, sólo quiero un masaje.

Me dirigí a la cocina para servir helado, lo aderecé con salsa de mora. Volví a la entrada donde la neko aguardaba y le tendí el vaso.

- Sientate, no te quedes alli - le dije - Por cierto, ¿cual es tu nombre pequeña?