Un merecido desayuno [libre]

Por fin había llegado a la ciudad después de una larga ausencia, cómo odiaba esos seminarios en el extranjero tenía que perder el tiempo y abandonar su trabajo, pero por fin estaba en casa nuevamente. Pasó veloz por las autopistas hasta adentrarse en la ciudad reduciéndo la velocidad. Había conducido toda la noche, estaba hambrienta y con sueño. Estacionó la motocicleta frente a una cafetería que no había visto la última vez que estuvo en la ciudad.

- Si no como algo moriré anten de llegar a casa.....- Reclamó quitándose el casco con gesto malhumorado.- Casa.... tiene que estar hecha un desastre...y... mejor ni pienso en la montaña de papeleo que me espera y el trabajo atrasado en el hospital....

Reclamaba para si murmurándo con la vista fija en el suelo mientras se adentraba en el café con un caminar elegánte y serio, más de alguna clienta levantó la mirada al verla pasar. No es que Gabrielle fuera en extremo hermosa, de hecho era más ruda que delicada, pero su sola presencia era imponente e infundía respeto, aunque no dijera una palabra.

Pasó en silencio sentándose en una mesa al final del café dejándo su casco en el asiento de junto a la espera de que la mesera viniera por su roden.

Todo era calma en la cafetería a esas horas de la mañana...hasta que entró esa persona. Gabrielle no levantó la vista de la revista de medicina que tenía en sus manos y que leía a medida que comía su desayuno, pero los murmullos se hacían más entuciastas y estaban acompañadas de risistas nerviosas.

Ya casi feura de su, ya poca, paciencia Gabrielle levantó la vista clavándola en la chiquilla que entraba junto con una señora que, a simple vista, lucía como la típica madre histérica.

- Genial....- Murmuró en un suspiro bebiéndo un trago de su café al ver que la chica se sentaba en la mesa de junto con todo el alboroto tras ella.

Fijó sus ariscos ojos marrones en la chica de las gafas de sol reconociéndola aun con ellos puestos. Era una muchacha que había saltado a la fama con sus canciones, aunque no era el estilo que le agradara a Gabrielle tenía que reconocer que la chica tenía talento

En un rápido vistazo notó como el alboroto se extendía como un virus en aguas estancadas y pronto comenzaron a aglomerarse los fanáticos de la chica en las ventanas.

- Adios tranquilidad....- Suspiró cerrándo los ojos por un segundo, ya que tanto bullicio le había causado dolor de cabeza.

Estiró la mano hacia su casco disponiéndose a marcharse del bullicioso lugar.

Iba a ponerse en pie cuando la famosa chica casi de bruces encima de la mesa de Gabrielle debido a los fans desesperados por obtener la firma de la cantante.
La doctora tomó el casco con firmeza con una mano poniéndose de pie dejándo en claro su imponente metro setenta y su poca paciencia. Miró con ira mal contenida a los alocados fans que estaban más cerca a ellas los cuales pararon en el acto su avance mirándo a la doctora algo confundidos. Claro que vestiva con pantalones de cuero negros, botas altas de motociclista, una chaqueta de cuero rojo oscuro y las gafas de sol...más parecía un guardaespalda más que una doctora.

Cuando se produjo esta "pausa" Gabrielle clavó sus malhumorados ojos en Karen.
- Me abriré paso como sea.....eres libre de seguirme...- Le gruñó antes de estirar la mano con el casco hacia el frente y con paso firme avanzó haciéndo a un lado a los fans con unos simples, pero firmes empujones abriendo una brecha tras ella.
¿Trataba de sacar a la cantante de la marea de Fans?

Una ola de reclamos se alzó ante en paso firme de la doctora quien ni se molestaba en mirar a quienes le reclamaba por los empujones...En realidad, no le importaba." Esta gente ha interrumpido mi desayuno y mi calma, no se merecen consideración" Pensaba mientras abría la puerta y salía de allí.

Si querida motocicleta estaba aparcada justo frente a la puerta, sin perder tiempo Gabrielle se subió a la moto con el casco sujeto con una mano y reposando el peso de este en su muslo, miraba directamente hacia la puerta mientras con su otra mano desenganchaba el casco extra que siempre llevaba consigo.

- Si no sale en dos minutos me marcho...

Gruñó bajándo el visor y encendiéndo la máquina, la cual rugió como león furioso antes de quedar ronroneándo quedamente. La motocicleta era una Kawazaki color rojo, modelo pistera, con un potente motor de 1500cc...potencia suficiente para cualquier motocicleta de carrera. Pero lo suficientemente maniobrable para la malhumorada doctora.

Miró a la chica que le pedía que la sacara de allí, y con un bufido casi inaudible por el casco y le estiró el caso extra que tenía.

-Ponte esto y sube de una buena vez....- Gruñó mientras la tomaba de un brazo con firmeza, pero sin lastimarla, y la subía tras ella en la moto.

Los fans ya salían en tropel de la cafetería amenazándo con rodear el vehículo de la doctora, así que con gran habilidad hizo un giro de 180º con la motocicleta haciendo chirriear las ruedas y enfiló por la primera calle que se le cruzó desapareciéndo de todo el ruido de los fanático escandalosos.

La posición que asumió la chica en la moto no ayudaba mucho al balance, pero la doctora tenía una gran habilidad como para maniobrar en las estrechas calles por las cuales habían huido, ya que las carreras a alta velocidad eran su pasatiempo favorito.

En menos de cinco minutos cruzaron casi media ciudad estándo lejos del café dónde todo ese tumulto de gente casi atrapa a la pretiguiosa niña, en cuanto vió un sitio tranquilo y lejos de las miradas de curiosos comenzó a disminuir la velocidad deteniéndose al fin.

(querida mía, ¿le importaría escojer el lugar donde continuaremos?)