Un día de soledad -Libre-

Fui a comer un helado, ya hace tiempo no lo hacía pero me sorprendió el echo de ir sola no solía hacerlo
-Uno de menta chocolate- le dije al mesero y me senté bastante sola en una mesa mientras me repetía para mis adentros

-Aún así oidio la soledad-

Era una tarde soleada, de esas en las que Himeki suele salir con algo un poco más fresco de lo normal. Con un bermudas, una blusa de manga larga de tela muy fresca y una falda que le quedaba perfectamente bien a las bermudas que tenía puesto. Claro, estaba desgarrada, con muchas ebillas a los costados y bolsas por detrás. En la cabeza llevaba un sobrerito café, haciendo buena conbinación con sus bermudas y su falda, igual que la falda tenía muchas hebillas. Su cola y sus orejas quedaban totalmente cubiertas, tenía totalmente bien sujetado su gorrito y su cola estaba atada a la falda, de manera que de ningunaforma se vería su cola.

Tambien era uno de esos días raros en los que hiba sin su guitarra; acompañando su rostro de una gran sonrisa. Y, a pesar de tener poco dinero, pero sí mucho calor entró a la nevería, que tambien vendían agua, a comprar algo para refrescarse.

Llegó al mostrador y pidió un vaso grande de agua de Lima. En lo que se lo daban se pasó hacía la sección de las mesas, junto a una ventana para refrescarse aún más. Pero, escuchó a una chica decir algo que llamó su atención, más el echo de mirale sola.

- "Supongo que cual quiera la odiaría si no está una acostumbrada a ella" -dijo esbosando una sonrisa.

Acababa de llegar a la ciudad y no sabía donde dirigirse primero. Aquel día vestía ropa cómoda, y aún llevaba la maleta colgada de su hombro. Sonrió, elevando el rostro hacia un cielo azul e impactante. Hacía mucho calor, por lo que pensó que lo mejor sería tomar un gran helado de vainilla.

Llevaba el pelo recogido en dos pequeñas coletas, aunque, ese día no se había dado ni una gota de maquillaje en los ojos. Aunque no solia usar más que eso, no lo necesitaba para ser bella. Llevaba la cola enrollada, de manera que si no se fijaban bien, nadie se percataría de ello. Además, el hecho de que no tuviera orejas de gato hacia que los humanos se fijaran menos en ella, y que no la escrutaran como si fuera un animal.

Era humana, pero también era gata. Se adentró en el local y pidió una gran copa. El lugar estaba más lleno de lo que esperaba, y aborrecía tener que sentarse con un humano. Caminó hasta toparse con una mesa donde descansaban una gata y... parecía un lobo. Olía como tal.

Carraspeó para hacerse notar.

ーEspero que no os importe que tome asiento ーdejó la maleta y se sentó sin esperar más contestación. Quizá estuviera siendo maleducada, pero comenzaba a sentirse exaltada por la concentración de humanos que había en el local. Miró a ambas chicas, quizá ellas pensarán que ella se trataba de una humana, después de todo lo parecía.

Posó sus ojos en los de ambas. Eran distintos.

ーSoy Aura... Estoy un poco perdida en esta ciudad.

-Tienes razón-.Me dirijí a aquella chica-[Pero no debes olvidar que existen diferentes casos, ¿quieres sentarte?- a invité con cordialidad, me llamaba la atención su sonrisa y su peculiar persona.

Cuando ya estuvo sentada me percarté de que entraba otra chica bastante humana a decir verdad, más si no la hubiera visto juraría que era un gatita su olor era igual al de una.

Se sentó al segundo de pedir nuestro permiso sin esperar respuesta me sentí incomoda al principió pero su respuesta y presentación me pareció más bien una manera de disculparse
-Aura... es un lindo nombre-pensé en voz alta