En busca de una kitty

Como de costumbre, iba en mi limusina por la ciudad, buscando la tienda de kittys. Llevaba años sola, y pensé que necesitaba una buena ayudante. Necesitaba a alguien que no solo me hiciera compañía, sino que ademas, supiera escuchar y aprender las características de las empresas que tenia que llevar y ademas que me ayudara un poco. Ella no tendría que preocuparse de nada, ni de las tareas del hogar ni nada. De eso ya se ocupaban mis mayordomos.
Y estos fueron mis pensamientos hasta que encontré con la vista, la tienda de Kittys.

-Detente, Sebastian. Hemos llegado -. Le dije con rapidez al chofer de la limusina. En cuanto la limusina se detuvo, me bajé y me dirigí a la tienda. En cuanto entré pude observar, a un montón de kittys en unas jaulas que por lo que parecían, debían de ser incómodas, mientras que la dependienta, estaba viendo una tenelovela en la habitación trasera del mostrador.

-Disculpe, -dije dirigiendome a ella con un tono alto, educado y un tanto sereno- ¿podría atenderme un momento?-.
La dependienta, se lebantó bajando el volumen del televisor y se dirigió al mostrador.
-Buenas tardes señorita, bienvenida a la tienda de kittys-dijo con un tono molesto y aburrido-, ¿desea alguna kitty en especial? - dijo lo último con un tono de desdén y echandoles una mirada de asco a las kittys-
-Pues... -respondí intentando molestar con mi tranquilidad a la dependienta mientras miraba a mi alrededor, viendo a cada una de las kittys.

[Off: espero no le moleste que responda yo]

Miraba la nada en silencio. Llevaba ya tanto tiempo allí que creía que nunca se iría de aquella tienda. Nuevamente la habían castigado, no solo tenía un par de moretones por los azotes de los cuidadores, sino que llevaba varios días sin comer. La verdad no comprendía… no creía hacer nada malo como para que la reprendiesen. Simplemente se defendía. Suspiró con un ligero mareo y posó la cabeza contra la barra de la jaula, observando a la recién ingresada. Probablemente vería marchar otra Kitty, probablemente pasaría de ella como ocurría siempre. No importaba. Ya estaba acostumbrada.

Cerró los ojos y se acomodó en su lugar.

OFF: tranquila, y perdón por la tardanza

Mientras alzaba mi vista sobre todas las kittys, me fijé en una en particular, e ignorando a la dependienta, me dirigí a su jaula, y la observe.

Me fijé en ese breve tiempo, en que estaba algo herida, por tanto era peleona y por eso la castigaban, pero también vi, que estaba algo mal, así, que me dirigí a la dependienta, con un tono algo tranquilo pero dominante.

Esta kitty por favor -dije autoritaria, para luego mirar con dulzura a la kitty mientras la dependienta con desgana, la sacaba de la jaula-.