Departamento Reika/Layla (Priv)

Mi respiración se restableció poco a poco, en tanto mi cuerpo se iba relajando. Vi que se tendía a mi lado y, sin poder evitarlo, me abracé a ella, sintiendo que necesitaba su calor ahora, después de todo lo que había pasado.
-Me siento... me siento extraña, pero bien...
La miré, con una sonrisa tímida y los ojos entrecerrados, pensando si ella estaría complacida.

Sonreí suavemente al escucharla, abrazándome un poco más a ella con un ligero suspiro.
-Lo entiendo... A mí no me importa con cuántas personas hagas... esto... yo... sólo me gustaría... Me gustaría pedirte que... sólo... que no... que no me reemplaces como tu kitty por alguien que compres... que no me devuelvas a la tienda... no quiero volver allí...

Estaba a punto de musitar un agradecimiento cuando sentí de nuevo su mano en mi cintura, respondiendo al beso, cerrando los ojos, abrazándola también a ella.
Cuando al fin nos separamos, me acomodé con la cabeza en su pecho, mirándola.
-Me alegro de que la primera vez haya sido contigo...

Cerré los ojos un instante, respirando muy suavemente, mirándola con una ligera sonrisa.
-Gracias... por eso que dices... En la empresa siempre nos decían que no podíamos tener ninguna clase de vida fuera de lo que nuestras amas quisieran...

Solté una suave risa, mirándola con un destello de aprecio en los ojos, suspirando de nuevo, algo cansada.
-Creo que aceptaré esa orden con mucho gusto.
Volví a reír, contenta, feliz, sintiéndome satisfecha como en poco tiempo, pensando que la aparición de Reika esa mañana era lo mejor que me podía haber ocurrido.

Me sonrojé de nuevo y llevé mi mano a uno de sus muslos, acariciándolo.
-Me gustaría descansar un poco y... y sería bonito prepararte una buena cena y un agradable baño... Podríamos... podríamos bañarnos juntas...
Me costó decir esto último, pero no me arrepentí de haberlo dicho.

Sonreí, contenta de que a ella le hubiese parecido bien, y después entrecerré los ojos, mirando de nuevo su escultural físico.
-Me encantaría...
Dejé escapar un suave suspiro de alegría, me encantaba estar allí...

La miré a los ojos con infinita sorpresa, sintiéndome sonrojar otra vez al notar el tacto de su lengua cerca de mi ombligo. Con un gesto un poco más seguro, tomé la mano que estaba entre sus pechos y la puse sobre los míos.
-Yo... ah... Es difícil... Me gustaría que tú... que tú me tocases como antes aquí y que después... que después me... me... hicieses probar algo nuevo... que me enseñases una nueva experiencia, diferente a lo anterior...

Me sorprendió aquel repentino giro, pero no hice nada por apartarme, ya que en realidad sí que quería continuar probando todas aquellas cosas que Reika me estaba enseñando, descubriendo reacciones de mi cuerpo que jamás había imaginado.
Mi respiración se aceleró un poco al sentir su lengua en aquella zona, mientras entrecerraba los ojos, sabiendo que no sería difícil que mi excitación creciese de nuevo.

Me tensé un poco al sentir su dedo, ya que nunca había estado en una situación igual, pero le hice caso y me relajé un poco, porque desde luego confiaba en ella. Dejé escapar un suave suspiro al notar que la sensación era agradable, deseando que continuase.

Lamí su dedo, sonriendo suavemente, deseando que volviese a hacer lo de antes, soltando un suave gemido de dolor entremezclado con placer cuando metió los dos dedos de golpe.
-Me gusta esta sensación...
Moví un poco las caderas, como pidiéndole más.

Empecé a gemir al notar el tercer dedo, ya sólo de placer, que se entremezclaba con el que me provocaban sus labios en mi cuello y pechos, mientras dejaba escapar ligeros jadeos.
-M... más fuerte...

Meti un cuarto dedo sorprendida. A la mayoria con dos les bastaba. Aun asi cumpli y emplee mis cuatro dedos para penetrarle.

- ¿Mas?- le pregunte al oido mordiendole suavemente el obulo de la oreja.