Departamento Reika/Layla (Priv)

El cuarto dedo me dolió ligeramente, pero estaba demasiado excitada como para prestar atención a eso... y, de todos modos, aquel ligero dolor mezclado con el placer estaba empezando a parecerme interesada. Jadeé y moví mis caderas, intentando acelerar el ritmo, sintiéndome enloquecida.
-Rá-rápido... -tenía los ojos entrecerrados- rápido y profundo...

Grité, a la vez de dolor y de placer. Aquello era extraordinariamente intenso y, aunque dolía, me gustaba más de lo que había esperado. Dejé que me besase, gimiendo en sus labios.
-Du-duele... pero me gusta...

No tenía la menor idea de qué significaba eso, sólo sabía que aquello estaba gustándome... lo que resultaba extraño, era algo que jamás había esperado de mí misma.
-Só-sólo sé que me gusta...
Gemí, gritando de nuevo.

Gemía, por igual de dolor y de placer, ya sin pensar si aquello tenía algo de normal o no lo tenía... sólo me importaba lo intenso que era aquello que estaba sintiendo. Tuve un nuevo orgasmo, pero esta vez mucho más intenso que los anteriores, mientras gritaba y me convulsionaba, jadeante.

Me quedé tendida a su lado, dejando escapar suspiros suaves, mientras enredaba mi cola de gata en la muñeca de mi ama, mirándola con gesto de cansancio...
-Esto ha sido muy intenso...

Cerré los ojos y acurruqué junto a ella, dejando escapar suaves suspiros y algo semejante a un leve ronroneo.
-Creo que deberíamos dormir un poco. Y después podría preparar tu baño... Ah... Estoy agotada...
Suspiré de nuevo y me abracé a ella.

Cerré los ojos y me acurruqué un poco más, quedándome dormida con mi cola enredada en la muñeca de Reika. Desperté horas después y abandoné la cama sin hacer ruido. No me vestí, sino que fui al baño que había junto a la habitación y empecé a llenar la bañera, entreteniéndome al ver los distintos jabones y sales.